Karin Maaka es una adolescente nipona, como tantas otras anda con sus paveos propios de la edad y sus estudios en el instituto. Hasta ahí todo normal, de no ser porque la familia Maaka tiene un secreto, siiii lo habéis adivinado, son vampiros.
Karin es un tanto peculiar, soporta la luz del sol, el ajo no le molesta, hasta le gusta su sabor, encima le teme a la oscuridad... un caso raro de vampiro, por no decir patético, lo peor de todo y que le saca los colores y hace que la familia dude que sea parte de ella es que no bebe sangre, la produce.
Ahora toca limpiar el estropicio...
Resulta que a los vampiros no les vale cualquier sangre, solo aquella de las personas con algo que les atrae. A ver no es que les atraigan esas personas pero si algo de ellos que tienen en su sangre.Para que os hagáis cargo, la madre de Karin adora la sangre de los infieles o mentirosos, el padre prefiera la de la gente con honor. Al beber la sangre de personas con esa cualidad o defecto se llevan también parte de él. Curioso ¿verdad?.
La vida de karin se complica cuando un nuevo compañero se une a su clase, Kenta Usui, que la pilla un día en una situación "comprometida" al volver de clase.
La vida tranquila de nuestra protagonista se verá en peligro por éste chico, y los líos están asegurados en ésta comedia poco corriente.
Personalmente me gustó mucho, las carcajadas están garantizadas. Una cosa que me llamó la atención es el modo que tienen de "censurar" las escenas gores, por decirlo de algún modo, resulta bastante poético.
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